LAS VERDADES DE PEROGRULLO
Edmundo López Bonilla
Aunque para
mucha gente pasó inadvertido, el 16 de noviembre se celebró, por décima quinta
ocasión en todo el mundo, el Día Internacional de la Tolerancia. Un poco de
historia: El 12 de diciembre de 1996, la Asamblea General
invitó a los Estados Miembros a que el 16 de noviembre de cada año se observara
el Día Internacional de la
Tolerancia , con actividades dirigidas tanto a los centros de
enseñanza como al público en general (resolución 51/95) Esta resolución se
aprobó tras la celebración en 1995 del Año Internacional de las Naciones Unidas
para la Tolerancia
y proclamado por la Asamblea
de 1993 (resolución 48/126), por iniciativa de la Conferencia General
de la UNESCO ,
el 16 de noviembre de 1995. Los Estados Miembros de la ONU habían aprobado la Declaración de
Principios sobre la
Tolerancia y el Plan de Acción y Seguimiento del Año. En el
Documento Final de la
Cumbre Mundial de 2005 ( A/Resolución 60/1) los jefes de
Estado y de gobierno reafirman su compromiso de fomentar el bienestar, la
libertad y el progreso de los seres humanos, en todas sus partes, así como
alentar la Tolerancia ,
el respeto al diálogo y la cooperación entre diferentes culturas,
civilizaciones y pueblos.
Parecería que con la Declaración de los Derechos Humanos, los
habitantes de este mundo tendríamos una guía moral que permitiera la
convivencia, sin embargo, la institución de un día especial dedicado a la
meditación sobre la tolerancia, muestra que somos reacios a aceptar las
diferencias.
Por bello y pertinente, me permito reproducir el texto de Voltaire: Dios y tolerancia
“Oración a Dios
Ya no es por lo
tanto a los hombres a los que me dirijo, es a ti, Dios de todos los seres, de
todos los mundos y de todos los tiempos: si está permitido a unas débiles
criaturas perdidas en la inmensidad e imperceptibles al resto del universo osar
pedirte algo, a ti que lo has dado todo, a ti cuyos decretos son tan inmutables
como eternos, dígnate mirar con piedad los errores inherentes a nuestra naturaleza;
que esos errores no sean causantes de nuestras calamidades. Tú no nos has dado
un corazón para que nos odiemos y manos para que nos degollemos; haz que nos
ayudemos mutuamente a soportar el fardo de una vida penosa y pasajera; que las
pequeñas diferencias entre los vestidos que cubren nuestros débiles cuerpos,
entre todos nuestros idiomas insuficientes, entre todas nuestras costumbres
ridículas, entre todas nuestras leyes imperfectas, entre todas nuestras
opiniones insensatas, entre todas nuestras condiciones tan desproporcionadas a
nuestros ojos y tan semejantes ante ti; que todos esos pequeños matices que
distinguen a los átomos llamados hombres no sean señales de odio y persecución;
que los que encienden cirios en pleno día para celebrarte soporten a los que se
contentan con la luz de tu sol; que aquellos que cubren su traje con una tela
blanca para decir que hay que amarte no detesten a los que dicen la misma cosa
bajo una capa de lana negra; que dé lo mismo adorarte en una jerga formada de
una antigua lengua o en una jerga más moderna; que aquellos cuyas vestiduras
están teñidas de rojo o violeta, que mandan en una pequeña parcela de un
pequeño montón de barro de este mundo y que poseen algunos fragmentos
redondeados de cierto metal, gocen sin orgullo de lo que llaman grandeza y
riqueza y que los demás los miren sin envidia: porque Tú sabes que no hay en
estas vanidades ni nada que envidiar ni nada de que enorgullecerse.
”¡Ojalá todos los hombres se acuerden de que son hermanos! ¡Que
odien la tiranía ejercida sobre sus almas como odian el latrocinio que arrebata
a la fuerza el fruto del trabajo y de la industria pacífica! Si los azotes de
la guerra son inevitables, no nos odiemos, no nos destrocemos unos a otros en
el seno de la paz y empleemos el instante de nuestra existencia en bendecir por
igual, en mil lenguas diversas, desde Siam a California, tu bondad que nos ha
concedido ese instante”. Tratado sobre la
tolerancia, en Opúsculos satíricos y filosóficos. Traducción de R. de
Dampierre, Alfaguara, Madrid 1978, p. 90-91 Textos de Diccionario Herder de
filosofía
Y al buen entendedor: pocas palabras.
Pero el comercialismo todo lo corrompe. El día 17 de este mes, por todo el mundo
circuló una serie de fotografías manipuladas por la compañía publicitaria “UNHATE” (fotomontajes),
base para propaganda de la compañía italiana de ropa Benetton que adujo, —según
nota periodística de la agencia de noticias Reuters—, “exclusivamente luchar contra la
cultura del odio en cualquier forma”. (Sintaxis de los redactores de la
agencia de noticias, El mundo de Orizaba, 17 de noviembre de 2011), como su particular celebración del Día
Internacional de la
Tolerancia. En las fotografías citadas, se ve besándose en la boca, “al
Papa con el sunita de Al Azhar; Hugo
Chávez hace lo propio con Barack Obama, Nicolas Sarkozy con Ángela Merkel y Kim
Jong-il, líder coreano con Lee Myung-Bak, presidente surcoreano”. El
Sol de Orizaba, 17 de noviembre de 2011.
Hasta donde alcanza mi pobre
conocimiento, el beso en la boca entre
hombres, se usa como muestra de cariño sincero en algunos países de Europa y en
lo que fue la Unión Soviética, y en la serie de fotografías no habría dolo, de
no ser público lo recalcitrante de las posturas políticas y religiosas de los
personajes. Utilitarismo perverso en aras de la ganancia. Podredumbre generada
por el sistema económico donde sólo importa el dinero.
* * *
* * *
El conflicto que
se generó el 15 de mayo de 2011 en Madrid, dejó de ser local. Por muchas partes
de nuestro contaminado globo, late la inconformidad por el sistema económico
que los bancos y sus dueños han impuesto, y que cada día genera más pobreza e
intenciones de recortar más los
beneficios de la seguridad social. Pero es sorprendente que en el país del
capitalismo, haya prendido con tanta fuerza la indignación y con la consigna
“Ocupa Wall Street”, el movimiento de indignados se extienda por territorio de
los Estados Unidos de Norteamérica.
Las autoridades del Estado del “País de la Libertad ”, hasta ahora, únicamente
pueden responder con represión, ante los dos meses de protestas de los
ciudadanos. Y deben estar orgullosas de su afanes porque: “el millonario alcalde de la
ciudad restó importancia a este “Día de Acción” de los “indignados” al afirmar
que el número de simpatizantes que se unió a él “no fue incontenible” y que la Policía fue “capaz de
manejarlo”, al tiempo que la actividad en el corazón financiero de la Gran Manzana
“transcurrió con normalidad”. El Mundo de Orizaba, 18 de noviembre de
2011.
Todo normal en la capital financiera del imperio.
18 de noviembre de 2011
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