viernes, 25 de noviembre de 2011

Secuestro de Estado, crítica a la realidad política de Veracruz

Secuestro de Estado, crítica
a la realidad política de Veracruz


· El volumen exhibe la trilogía entre el político, el empresario y el periodista

Karina de la Paz Reyes
El libro Secuestro de Estado, de José Antonio Tedy Palacios, es una novela que se alimenta de la realidad de Veracruz y además la critica, comentó el rector de la Universidad Veracruzana (UV), Raúl Arias Lovillo, en la presentación de la obra realizada en el auditorio del Museo de Antropología de Xalapa (MAX) el 23 de noviembre.
Secuestro de Estado es una novela que mantiene muy atento al lector a lo largo de toda la narración”. El argumento de la novela gira en torno al secuestro de don Manuel, un empresario español, subrayó.
La trama se construye sobre un escenario de violencia que vive Veracruz. “Cuando se escribió la novela (hace cuatro años) a uno le parecía que era un escenario muy exagerado de violencia en Veracruz, hoy podemos decir que, como siempre, la realidad ha superado la ficción, para desgracia nuestra”.
Secuestro de Estado, continúo, parte de una realidad que si bien no refleja de ninguna manera una realidad específica, tiene elementos sustanciales.
Dijo que le llama el conocimiento de la clase política que tiene el autor, “no solamente de Veracruz, yo creo que son características de la clase política mexicana, de sus entornos, de la adulación de la que es objeto, la relación entre los miembros de la clase política, las relaciones entre periodistas y políticos, las luchas internas por el poder, todo eso está presente en la novela”.
Arias Lovillo abundó que el libro no sólo es un ejercicio literario importante, sino también “es una novela crítica de la realidad”. Sin embargo, aclaró que el escenario de violencia que se relata en la novela no tiene como trasfondo el narcotráfico, como sucede en la realidad actual, sino la acción de un supuesto movimiento popular de lo pobres que actúan no con propósitos revolucionarios, sino “desde la oscuridad de los sótanos del poder del Estado”.
Secuestro de Estado es un ejercicio donde el autor evidencia algunos pasajes autobiográficos. “Uno puede identificar cómo el autor sesga su aprecio por España, aunque mantiene a lo largo de toda la novela sentimientos encontrados, como seguramente les sucede a muchos de nuestros compatriotas quienes todavía, en una falta de identidad, no sabemos si tenemos una parte más indígena, más española o, en mi caso, más caribeña o negra”.
Entre las conclusiones que Arias Lovillo planteó figura que la novela coloca al lector frente a un espejo, y el escenario es que todos los actores son absolutamente simuladores porque transgreden sus responsabilidades para convertirse en actores que buscan intereses particulares.
“Hablo de los políticos, que se despreocupan completamente de los problemas que tendrían que resolver en la sociedad; hablo de los periodistas, que no tienen el propósito de informar y formar una opinión en la sociedad, sino indudablemente, junto con los empresarios, buscan solamente el poder, su interés personal.”
La novela emula a reflexionar muy bien hacia el futuro, pues los grandes problemas “son de carácter cultural y los tenemos asumidos como tal”, recalcó el Rector.

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