domingo, 13 de noviembre de 2011

Vals vienés

Vals vienés
En Viena hay diez muchachos,
un hombro donde llora la Muerte
y un bosque de palomas disecadas.
En Viena hay una calle
que desemboca en el aire.
Hay un fragmento de la mañana
en el museo de la escarcha.
Hay un salón con mil ventanas..
Ay! ¡Ay! ¡Ay! ¡Ay!
Toma este vals con la boca cerrada.
Este vals, este vals, este vals,
de sí, de nieve y de coñac
que moja su cola en el mar.
Te quiero, te quiero, te quiero,
con la butaca y el libro muerto,
en el oscuro pasillo,
en el amargo desván del lirio,
en nuestra cama de la luna
y en la danza que sueña la tortuga.
¡Ay! ¡Ay! ¡Ay! ¡Ay!
Toma este vals de dolida cintura.
Te daré un pequeño bigote
con dos helados ruiseñores
y el calor de un quebrado desnudo
repartido por colchas y juncos.
Porque te quiero, te quiero, amor mío
en el rincón donde lloran los niños
con el tintero y el susto amarillo.
Soñando las nubes de Rumanía
y el racimo de lágrimas de mi vieja vida,
viendo ovejas y auroras de nieve
en el nublado valle de tu frente.
¡Ay! ¡Ay¡ ¡Ay! ¡Ay!
Toma este vals del te quiero siempre.
En Viena hay diez niños pequeños
y una boca donde gime el sueño.
Hay una Muerte para piano
que pinta de azul a los muchachos.
Hay fragantes guirnaldas de llanto.
Hay flautas y mendigos por los tejados.
¡Ay! ¡Ay! ¡Ay! ¡Ay!
Toma este vals que agoniza en mis brazos.
En Viena bailaré contigo
con un disfraz que tenga cabeza de río.
Mira qué orillas tengo de jacintos.
Olvidaré mi boca con la tuya,
mi alma entre fotografías y azucenas
y en las ondas oscuras de tu andar
quiero amor mío, amor mío, quebrar,
violín y sepulcro, las cintas del vals.
Federico García Lorca

Tomado de revista 1.616
época 1, año 1934, número 1 

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